Resumen: A día de hoy y a pesar de que tienen más de 40 años de estudio y conocimiento, las estatinas abren constantemente incontables líneas de debate sobre la justificación de su uso en la práctica clínica, tanto para la prevención primaria como secundaria de las enfermedades cardiovasculares. Su mecanismo de acción es reducir la biosíntesis de colesterol y triglicéridos en el hígado con notables beneficios para grupos de población delicados. Lamentablemente poseen un cuadro bastante amplio de efectos secundarios entre los que se encuentran la pérdida de memoria, las mialgias o el insomnio. En esta ocasión vamos a relacionar el consumo de estatinas con posibles alteraciones en los patrones de conducta humana, como pueden ser la agresividad, la apatía o la ansiedad.
¿Por qué las estatinas actúan sobre el cerebro?
Antes de dar respuesta a esta pregunta pondremos en juego dos sustancias o macromoléculas que lo explicarán perfectamente. Una de ellas ya la conocemos, es el colesterol. La otra tal vez no nos resulte familiar, son los neuroesteroides.
Los neuroesteroides son metabolitos con efectos neuroactivos, es decir, actúan sobre el cerebro y el sistema nervioso. Ahora bien, estas moléculas derivan de esteroides, cuya síntesis o producción depende directamente del colesterol, que es de donde derivan todos. Sabiendo esto, podemos entender que si se produce una inhibición de la síntesis endógena de colesterol, provocaremos también una inhibición de la formación de neuroesteroides. Los bajos niveles de los mismos podrían esclarecer las posibles repercusiones que tienen las estatinas sobre la actividad cerebral.
Nuestro cerebro necesita colesterol, almacenando una buena cantidad en sus células. Gran parte del mismo lo utiliza para sintetizar metabolitos más pequeños, como la pregnenolona, la progesterona y la dehidropiandrosterona. Teóricamente las estatinas actúan a nivel hepático, sobre la enzima HMGCR, inhibiendo la ruta del mevalonato. No ejercen acción o efecto sobre el cerebro. Ahora bien, llegados a este punto suceden dos cosas.
- La primera es que algunas estatinas como la simvastatina y la lovastatina pueden traspasar la barrera hematoencefálica. Al tener esta característica, es posible que ejerzan algún tipo de actividad a nivel cerebral. Descartamos su papel inhibidor, ya que todo el colesterol se fabrica en el hígado y este se transporta posteriormente a todos los tejidos.
- La reducción parcial del colesterol endógeno, supondría menores reservas del mismo en el cerebro, por lo que éste estaría más limitado a la hora de sintetizar neuroesteroides.
A continuación, se expone la relación de esta disminución del colesterol provocada por las estatinas con las alteraciones en los patrones de conducta humana, como la personalidad, la ansiedad o el estado de ánimo. Inclinándome hacia el camino de los neuroesteroides, ya que naturalmente, pueden existir otras vías por las que las estatinas generen cambios a nivel cerebral.
Atorvastatina y neuroesteroides
Vamos a poner como ejemplo a la atorvastatina, que junto a la rosuvastatina constituyen los fármacos de primera elección cuando se receta una estatina.
Es esencial mencionar la biodisponibilidad de estos dos medicamentos en el organismo. Tanto la atorvastatina como la rosuvastatina tienen una biodisponibilidad que ronda el 15 y el 25 por ciento. Con una vida media de 20 horas aproximadamente. En otras palabras, durante aproximadamente un día, la síntesis de colesterol en nuestro hígado, se verá reducida entre un 15 y un 25 por ciento. Dependiendo lógicamente de la posología que nos sugiera el médico.
Francamente no es una disminución muy acusada, pero si lo suficiente como para alterar la bioquímica celular. No me quiero entretener con el abanico de efectos secundarios que está detrás de las estatinas, tan sólo relacionar este valor con la formación de neuroesteroides.
Las estatinas con el paso del tiempo iniciarán una regulación muy notable de los niveles de colesterol y lípidos en sangre. Trabajan desde 3 vías principalmente.
- Aumentan el colesterol HDL
- Reducen el colesterol LDL, previniendo además ligeramente su oxidación.
- Modulación de la inflamación (actuando sobre la endotelina 1, la deposición de macrófagos, los factores de coagulación y la agregación plaquetaria)
Según este reporte, los neuroesteroides no se sintetizan exclusivamente en las células del tejido nervioso, por lo que es probable que una parte de los mismos, que actúan sobre la excitabilidad neuronal, se den en zonas donde las estatinas si tengan efecto, como el hígado. Generalmente, todos los procesos esteroidogénicos, como pueden ser la producción de testosterona, o la del cortisol, comienzan en el hígado, ya que es donde se crea el colesterol. Una anormalidad en los niveles de neuroesteroides, por ejemplo, de un 25 por ciento, bastante considerable, quizás promocione ciertas alteraciones en la memoria y la recuperación del tejido nervioso. En ese mismo reporte que he dejado se cita esto que he dicho.
Algunas de estas sustancias neuroactivas, como la pregnenolona o el sulfato de progesterona actúan sobre los receptores del GABA. Un neurotransmisor estrechamente relacionado con todos los procesos de excitación y relajación neuronal. Las benzodiacepinas, cuya misión es trabajar sobre los mismos receptores, controlando la ansiedad, las crisis nerviosas y la hiperexcitabilidad, guardan ciertas similitudes con estas moléculas. Aquí tenéis una revisión completa muy extensa sobre esto.
Si la correcta actividad del sistema Gabaérgico depende parcialmente de la acción de algunos neuroesteroides, el decremento de los mismos puede explicar en algunos casos los cuadros asténicos, los dolores musculares, los calambres o los problemas para conciliar el sueño en pacientes consumidores de estatinas. Efectos secundarios que figuran como posibles en su ficha médica.
Respecto a las conductas pro agresivas, existen investigaciones que apuntan a que las estatinas son fieles incentivadoras de este problema. Como bien se explica en este reporte.
Otras vías implicadas
No podemos olvidar que al inhibir la fabricación de colesterol perjudicaremos también la síntesis de coenzima Q10. Enzima de la cuál dependen el 95 por ciento de los procesos energéticos. Naturalmente que muchos de los efectos secundarios se deben a una deficiencia en los niveles de esta enzima, por otra parte, muchos de ellos se verán acentuados. Tampoco olvido la procedencia de las estatinas, las cuáles se crean a partir de fermentaciones líquidas y sólidas donde participan los hongos. Algunas como la pravastatina, derivan de micotoxinas perjudiciales para el ser humano. Puede ser que las estatinas incentiven cambios en la microflora intestinal, la cuál, se ha reivindicado en múltiples ocasiones que está íntimamente conectada con la salud mental.
Por último decir, que como el 90 por ciento de los problemas de salud, habría que realizar una anamnésis global a cada persona para establecer una etiología más precisa. La alimentación, el estilo de vida, la herencia genética, etc, son biomarcadores que pueden acercarnos también a porque algunas personas al tomar estatinas experimentan ligeros o bruscos cambios a nivel nervioso. La edad, los bajos niveles de estrógenos y testosterona, deficiencias de nutrientes esenciales, tampoco se pueden pasar por alto. En fin, mucho de que hablar. Me comprometo a traer más información al respecto sobre las estatinas y sus efectos secundarios.
¡A seguid sanos/as!