¿La olanzapina engorda? Descubre la verdad antes de tomarla

La olanzapina es uno de los antipsicóticos más recetados dentro de la práctica clínica. Se trata de un antipsicótico de segunda generación atípico. Este adjetivo se le añade a los que tienen menor incidencia de generar discinesia y acatisia, que son simplemente movimientos desincronizados, discrecionales y totalmente independientes de la conciencia.

El uso de este medicamento, como la quetiapina, la risperidona o el ariprizol han supuesto una alternativa fiable, segura y eficaz como sustituto de la clozapina, que a día de hoy sigue siendo el fármaco referente dentro del grupo de los antipsicóticos.

La psicofarmacología de los antipsicóticos está reservada al bloqueo de los receptores de dopamina y serotonina en el cerebro. Básicamente, para ser más claros, van a limitar la entrada de estos neurotransmisores en el cerebro, fomentando con ello cambios en el estado de ánimo y emocional de la persona.

La olanzapina junto a la quetiapina son de los antipsicóticos más suaves que hay en el mercado. Presentan una alta seguridad, son más suaves que la clozapina y producen menos efectos extrapiramidales.

Para qué se usa la olanzapina

Generalmente, se utiliza este medicamento para tratar trastornos de la conducta, sobre todo, aquellos que están representados por una exaltación del carácter, manía, la violencia, la ansiedad descontrolada o el abuso de sustancias estimulantes (cocaína, heroína, cannabis, LSD, farlopa)

El principal uso es para el tratamiento de la esquizofrenia y la remisión de los trastornos de bipolaridad. Al bloquear los receptores de dopamina D2 y 5HT-2, altera la conducta del paciente, minimizando los cambios de humor, la irritabilidad y con ello que la persona tienda a comportarse pacíficamente. En ocasiones incluso puede llegar a causar adormecimiento y letargo. En grandes dosis.

La dosis normal de olanzapina es de 5 mg al comienzo del tratamiento. Su vida media es aproximadamente de 24 horas, aunque pueden ser más de 40 horas con tratamientos prolongados. Las personas que son propensas a sufrir episodios maníacos quedan adheridas a un consumo crónico de olanzapina con más posibilidades de que la cantidad de fármaco presente en el cuerpo sea alta.

La olanzapina aumenta tu peso y puedes engordar

Sé que este enunciado suena alarmante, sin embargo, es la pura verdad. Cuando nos sometemos a un tratamiento con antipsicóticos, al menos de manera consciente, debemos tener en consideración que el aumento de peso es uno de los problemas con los que tendremos que lidiar.

La olanzapina tiene una alta afinidad por los receptores alfa 1 adrenérgicos, lo que conlleva a una reducción de la frecuencia cardiaca. Regula a la baja la actividad de los cardiomiocitos repercutiendo en el gasto calórico de la persona. Además, es antagonista de los receptores H1 de histamina en el cerebro, lo que explica en parte su efecto sedante. Si a esto le sumamos que las bajas concentraciones de dopamina fomentan la subida de prolactina, la persona experimentará a su vez un aumento del apetito.

Dicho esto tenemos 4 cosas en nuestra contra:

  • Aumento del apetito.
  • Efecto sedante que apaga las ganas de realizar esfuerzos físicos.
  • Menos niveles de dopamina a nivel cerebral.
  • Reducción del metabolismo basal.

Traducido a nuestro idioma, estamos ante una ganancia de peso asegurada. La olanzapina engorda, y no es algo ocasional y poco probable, es tan seguro como que los glóbulos rojos necesitan hierro para transportar el oxígeno a todos los tejidos. Incluso viene indicado como efecto secundario bastante frecuente en su ficha técnica.

Al igual que la quetiapina, los cambios sobre la conducta y el impacto a nivel hormonal, inclina la balanza hacia un organismo menos activo y más sosegado, es lo que se busca realmente.

Algunos expertos creen que además puede modificar los procesos de señalización celular, especialmente los relacionados con el transporte de iones y el AMP cíclico. La liberación de insulina viene mediada por una entrada masiva de calcio que provoca la ruptura de su cola (péptido C). Si este calcio no entra es difícil que salga al torrente sanguíneo.

Con ello, la glucosa se eleva en sangre favoreciendo la hiperglucemia y una acusada conversión de la misma en triglicéridos, que son menos dañinos para los tejidos. Este acontecimiento se produce independientemente de la dieta del paciente.

En cuanto al Amp cíclico decir que se trata de un segundo mensajero. Le transmite información a nuestras células para que trabajen de una manera u otra. El adenosín monofosfato cíclico se genera gracias a la adenilato ciclasa, una enzima importantísima involucrada directamente con el metabolismo de azúcares y lípidos. Si la expresión de AMP es insuficiente, será bastante más difícil utilizar la glucosa y los ácidos grasos como fuente de energía.

La adenilato ciclasa tiene una fuerte actividad en el hígado, la central de energía de nuestro organismo. Esta enzima responde si el glucacón y la adrenalina están presentes en la fiesta. Por tanto, si la olanzapina bloquea los receptores alfa 1 y 2 adrenérgicos y favorece la hiperglucemia, el glucagón y la adrenalina puede que no estén allí. El rendimiento de nuestro hígado disminuirá en pro de almacenar energía, promoviendo el aumento de masa corporal.

A grandes rasgos, el punto más importante que supone la desventaja número 1 sobre la ganancia de peso que provoca la olanzapina no es lo anterior. Se trata de la falta de movimiento. Los antipsicóticos en tratamientos prolongados, más de 6 meses, van mermando la fuerza de voluntad del individuo, restándole cada vez más las ganas de realizar esfuerzos físicos y moverse. Imaginaros no hacer nada de ejercicio o actividad física y comer más de lo normal.

Como contrarrestar los efectos secundarios de la olanzapina

A continuación dejaré una pequeña guía para mantener controlada la línea. Lo ideal sería hablar con el médico para que modifique las dosis a la baja si notamos mejoría y adoptar un cambio de conducta consciente fruto del bienestar, las buenas compañías, la abstención de drogas y una alimentación saludable que regulen nuestro sistema nervioso y prevengan las crisis nerviosas.

  • Tomar siempre la dosis mínima que son 5 miligramos salvo que el médico indique lo contrario.
  • Si tomamos más cantidad, hay que limitar algunos grupos de alimentos como las harinas, los cereales refinados, los aceites, refrescos, zumos de fruta y lácteos ricos en grasa.
  • Incentivar la práctica de ejercicio. Suele ser aconsejable apostar por deportes colectivos, en los que se fomente el trabajo en equipo, la sana competencia y la deportividad. Esto seguirá manteniendo nuestra motivación por movernos.
  • Respetar las horas de sueño durante la noche y evitar las siestas largas.
  • No fumar durante el tratamiento. El humo de los cigarrillos acelera el metabolismo de la olanzapina.
  • Incluir probióticos de calidad semanalmente, pues en el colon es donde se sintetizan casi todos los neurotransmisores.
  • Incluir al menos 3 días en semana levantamiento de cargas para promocionar el crecimiento de masa muscular. Esto incrementará los niveles de testosterona para combatir la hiperprolactinemia.
  • Suspender todo lo posible el consumo de cafeína, efedrina, colas o estimulantes de las suprarrenales.

Espero que os sea de ayuda el artículo. La olanzapina busca normalizar y disminuir las crisis. Es agonista de los receptores 5HT-1 de serotonina, por lo que puede ser útil también en algunas depresiones y de ahí su eficacia frente a la ansiedad. Como siempre, si evitamos su ingesta será mejor para la salud. Debemos valorar el riesgo existente y si éste no supera el beneficio entonces la toma del medicamento sería la opción más responsable.

Referencias:

https://www.redalyc.org/pdf/582/58252407.pdf

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001001000011

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352015000100006

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