Según la OMS, ya son más de 200 millones las personas que sufren de asma en el mundo. Una patología que puede desencadenar consecuencias fatales si no se actúa con responsabilidad. Las cifras actualmente escapan de todo control médico y sanitario, dejando muy vulnerables a los grupos de población con menos recursos que no cuentan con acceso rápido a centros de urgencia hospitalarios y ambulatorios.
Los tratamientos contra el asma siguen siendo paliativos y hasta el momento, no hay datos esclarecedores que sirvan de punto de referencia como para iniciar el desarrollo de un medicamento definitivamente eficaz. Esta situación no gusta mucho, pues el asma sigue segregándose de manera desproporcionada incrementando la morbilidad en niños y ancianos, colectivos francamente susceptibles de sufrir complicaciones severas que pongan en riesgo su vida.
¿Por qué se produce el asma?
El agravante más considerable supone la aparición de una crisis o exacerbación del asma, muy controlable si contamos con nebulizadores o inhaladores, los cuáles actúan de inmediato sobre el sistema respiratorio .
La broncoconstricción pulmonar viene mediada por una respuesta inflamatoria aguda, activada según algunos expertos por un superantígeno (origen ambiental). Ahora bien, el estrés físico, psicológico y los polimorfismos encontrados en algunos genes involucrados en el tono vascular, como los Beta 2 muestran correlaciones bastante positivas.
A día de hoy, no podemos afirmar rotundamente que la culpa del asma la tiene una proteína de origen alimentario, una micotoxina, el humo del cigarro, un defecto genético, el ejercicio… A pesar de que conocemos todos sus mecanismos de expresión. Sin embargo, quiero enumerar aquellos factores que en mayor o menor medida pueden acentuarla.
- Contaminación medioambiental.
- Esporas de alternaria.
- Candida albicans.
- Consumo de lácteos.
- Ingesta de gluten.
- Carnes y pescados procesados.
- Práctica de ejercicio.
- Frío.
- Gripes y resfriados.
- Higiene postural.
- Obesidad.
- Polinización.
- Aditivos alimentarios.
- Tabaquismo.
- Ácaros de polvo.
- Moho.
- Perfumes y fragancias.
- Infecciones respiratorias.
- Contacto con animales.
Por tanto, la solución a corto plazo más satisfactoria y efectiva es el uso de fármacos paliativos que impidan una crisis asmática fatal. Entre ellos encontramos el Salbutamol (Ventolin), el formoterol, corticoides (budesonida, prednisona) o la Terbutalina (terbasmin).
Medicamentos inhaladores contra el asma
Los agonistas selectivos de los receptores Beta adrenérgicos se han convertido en una herramienta de confianza para las personas más susceptibles. En ocasiones, la reactividad del sistema inmunitario es muy alta, comprimiendo fuertemente la musculatura lisa de los bronquios, perjudicando el acceso de oxígeno hacia los alveolos.
Fármacos como el ventolin o el formoterol generan una relajación inmediata sobre la pared bronquial, y al suministrarse de manera inhalada, son cómodos y bien aceptados, con el único inconveniente de tener que portarlos constantemente si salimos fuera de casa o nos vamos a practicar deporte.
Si la persona es muy reactiva, se pueden acompañar de corticoides. El uso de corticoides de manera oral aumenta el control del asma a corto plazo, en pequeñas dosis y de forma intermitente. Ya sabemos que los corticoides deprimen directamente la respuesta inflamatoria, que junto a la sobreexpresión de los receptores Beta 2, se merma sustancialmente la actividad eosinofílica y mastocitaria (menor liberación de leucotrienos, citocinas, heparina…)
El objetivo no deja de ser paliativo, en cuanto la vida media del fármaco disminuye, el paciente o la persona sigue expuesta a sentir un episodio de asma.
El uso continuo de corticoides es inadmisible, pues además de provocar efectos secundarios indeseables (dolores articulares, cansancio, caída del cabello, pérdida de masa muscular, disbiosis intestinal, insuficiencia adrenal) dejan desprotegido al organismo frente a multitud de gérmenes y patógenos invasores. Además, las glándulas suprarrenales pueden decrecer la producción endógena propia de cortisol.
Lo más interesante es disponer de una reserva accesible de inhaladores, ya que son más inocuos y no presentan los problemas arriba mencionados. Generalmente, el salbutamol (Ventolin) es la principal elección para el practicante, utilizando como terapia secundaria el formoterol con budesonida una vez al día si el agonista selectivo no es suficiente.
En algunas personas se usa también la terbutalina, con una duración de 5 horas, pero está desaconsejada en mujeres embarazadas y en personas con problemas cardiovasculares, pues suele causar taquicardias.
Métodos preventivos contra el asma
El asma no deja de ser una patología de origen multifactorial. Los agentes causales más relevantes son la alimentación y los alérgenos ambientales. Si a esto le sumamos una reactividad inmunitaria exacerbada, el asma se consolida como una amenaza constante para la persona afectada.
No podemos establecer una cura o método 100% eficaz que erradique el asma por completo. Buscar una remisión indefinida de los síntomas es tremendamente difícil y lo único que podemos hacer es minimizar la magnitud de las crisis para progresivamente disminuir la cantidad de fármaco suministrada.
La práctica a seguir debería ir encaminada a identificar a los antígenos más problemáticos. Mediante análisis y chequeos periódicos. Siempre de la mano del médico o especialista. En los centros ambulatorios, existe una harta demanda de facultativos, pruebas y tratamientos, que por falta de recursos humanos, se alargan cada vez más, obligando al paciente a desistir o recurrir a clínicas privadas y naturópatas.
Por ello, quiero ayudarte a descubrir la etiología, por medio de evaluaciones y análisis que uno mismo puede ejecutar.
- El primer paso sería realizar un test de intolerancias alimentarias, no en farmacia o centros de naturopatía. Es más inteligente acudir a nuestro médico habitual para que nos derive al alergólogo si lo cree conveniente, en caso de que sospechemos que nuestra asma pueda verse acentuada por algún alimento de nuestra dieta. En algunos casos puede requerirse una exploración del colon.
- Reducir la exposición a alérgenos domésticos. Especialmente el moho de las habitaciones, el polvo de los muebles, limpieza de sábanas y camas, pelos de animales…
- Limitar el ejercicio intenso. Sobre todo las carreras largas o los sprints, que tienen más repercusión a nivel oximétrico. El salbutamol es popular porque el deportista puede utilizarlo si sufre una pequeña crisis o incapacidad respiratoria durante su entrenamiento, en cambio, los de alto riesgo, que combinan su tratamiento con corticoides deben tener precaución. La prednisolona o la budesonida no deben administrarse durante la práctica deportiva.
- Practicar deporte en gimnasios en vez de al aire libre. En la calle y los parques siempre hay más cantidad de alérgenos, como el polen, micotoxinas, esporas, humo de los vehículos, dióxido de carbono, nitrógeno… Sustancias las cuáles pueden favorecer una crisis asmática. En recintos cerrados es mucho más seguro para el deportista realizar sus entrenamientos.
- El frío supone otro factor de riesgo, pues reseca las vías respiratorias facilitando la adhesión de muchos gérmenes en las vías respiratorias por falta de lubricación. Una de las razones que explica el aumento de la mucosidad en personas asmáticas cuando se exponen a bajas temperaturas.
- En las zonas metropolitanas siempre hay más contaminación, es importante evitarlas si nuestra asma es intratable.
- Emigrar a zonas rurales apartadas de carreteras y fábricas es muy conveniente por ser más ricas en oxígeno.
- Gestionar el estrés físico y emocional, pues aumenta los niveles de catecolaminas en sangre cuya acción inotrópica perjudica la entrada de aire a los pulmones.
- Algunas plantas adaptógenas como el ginseng siberiano, la rodiola, la aswaghanda, la maca andina… Resultan ser útiles en algunas personas, al modular la actividad de su sistema nervioso.
- Los lácteos y el gluten pueden repercutir negativamente en la evolución del asma. Aunque no hay todavía nada concluyente, sí que pueden empeorarla. La caseína y la gliadina pueden causar estragos en nuestro sistema inmunitario. Las dietas de exclusión o la hipotóxica de Jean Seignalet, pueden ser eficientes, mantenidas al menos durante 3 meses. Cada semana ir evaluando si hay remisión o recidivas. Normalmente suele haber mejoría si eliminamos de nuestra dieta los cereales y los lácteos, aunque no todos/as consiguen resultados satisfactorios.
- Comprobar la salud del intestino. Limitar al máximo el uso de antibióticos y alimentos refinados especialmente. Comprobar si sufrimos de digestiones pesadas, hinchazón abdominal, estreñimiento, insomnio… Es la vía de entrada de muchos péptidos y antígenos que generan reactividad inmunológica.
- Observar nuestra piel. La piel es un reflejo del interior. Si el asma va acompañada de dermatitis, psoriasis, urticarias, granos, mastocitosis, eczemas… Es un indicativo de que el problema está en el plato.
- El consumo de cigarrillos. Tanto fumadores pasivos como activos. El tabaco es la primera medida preventiva, alejarnos del humo y evitar consumirlos. Su alta toxicidad es nefasta para los pulmones, además de que nuestro sistema inmunitario sufre un agotamiento continuo.
- Higiene postural. En ciertas ocasiones los problemas de espalda, la baja capacidad pulmonar y las malas posturas añaden peso a la báscula. Los niños y ancianos deben moverse con regularidad y mantener una buena higiene postural. La cifosis dorsal, la debilidad de los músculos intercostales y el sedentarismo acongojan al paciente mermando su energía. La natación, la calistenia y la gimnasia son deportes muy interesantes que mejoran sustancialmente la salud respiratoria.
Una vez identificados cuál de estos factores es más problemático, podremos actuar en consecuencia. Recordad que el fármaco nunca debe eliminarse del todo pero tampoco abusar del mismo ante la más mínima fatiga. Controlar el asma mediante la relajación voluntaria es muy beneficioso ya que previene sufrir una crisis en situaciones de distrés.
Referencias:
https://web.archive.org/web/20091010051101/http://asthmaguidebook.gsk.com/index.asp?fuseaction=asthma.B-salbut
https://es.wikipedia.org/wiki/Formoterol
https://www.drugs.com/monograph/budesonide.html
http://jpet.aspetjournals.org/content/219/2/400.abstract
https://www.who.int/features/factfiles/asthma/es/
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