La gonadotropina coriónica humana (hCG) es una hormona glicoproteica que se produce en condiciones normales en la placenta y aparece en el plasma y en la orina durante el embarazo. La hCG, junto a la hormona folículo estimulante (FSH), la hormona luteinizante (LH) y la hormona estimulante del tiroides (TSH), está constituida por una cadena alfa, estructuralmente similar entre ellas, y una cadena beta específica que determina su actividad biológica. Esta hormona estimula la producción de hormonas esteroides por el cuerpo lúteo, lo que propicia el ambiente uterino adecuado para el desarrollo del embrión. El principal uso de la determinación de la HCG es el diagnóstico precoz del embarazo; sin embargo, es posible observar niveles elevados en pacientes con carcinomas urogenitales, embarazos ectópicos y ováricos.
Gonadotropina coriónica en el ámbito deportivo
La HCG resulta ser una valiosa ayuda para regular los niveles de testosterona después de salir de un ciclo. Algunos atletas la utilizan durante los mismos, a razón de 5000 UI cada 3 o 4 semanas aunque su papel restaurador es más eficaz cuando la persona acaba de suspender la ingesta de anabolizantes. El interés en el uso de esta hormona reside en su capacidad de retornar la producción endógena de testosterona a la normalidad. La gonadotropina coriónica humana es cualitativamente muy similar a la hormona luteinizante, estimulando la formación de andrógenos en las células intersticiales del testículo. Eso sí, la vida media de la HCG es significativamente más larga que la LH por lo que sus efectos son más fuertes y hay que considerarlos en caso de administración prolongada.
Como ocurre con la gran mayoría de esteroides, el uso descontrolado de gonadotropina coriónica humana puede desencadenar una alteración en el hipotálamo y la glándula pituitaria, pues por el efecto de retroalimentación negativa, el eje hipotalámico-hipofisiario-pituitario deja de fabricar gonadotropinas (FSH, LH Y HCG). Ya sabemos que este es uno de los efectos más indeseables, pues puede provocar una atrofia testicular irreversible con las posibles consecuencias que eso conlleva.
Cómo utilizarla y efectos secundarios
Básicamente, si actuamos con sensatez, deberíamos reservarnos el uso de gonadotropina coriónica cuando salgamos del ciclo, para recuperar la síntesis de andrógenos a niveles fisiológicos. Las dosis más comunes en atletas experimentados rondan las 5000 UI por semana dividiendo estas en dos tomas. La ingesta de HCG no debe ser superior a 20 días, por ello cada 3 o 4 semanas deberíamos descansar unos 30-45 días. Es importante saber que el uso continuado de HCG exógena puede provocar que la glándula pituitaria deje de producirla para siempre. Esta hormona siempre se administra por vía intramuscular, tanto en uso terapéutico como deportivo. Una vez utilizada es obligatorio mantenerla refrigerada.
La gonadotropina coriónica es detectada en análisis de orina y está considerada como sustancia dopante por la WADA. Debes saber que la HCG aumenta la producción de andrógenos en un 400% pudiendo favorecer la aparición de efectos secundarios indeseables como ginecomastia, cambios en tu estado de ánimo, irritabilidad, cambios en el apetito sexual (subidas y bajadas), hipertensión y en algunos casos vómitos y náuseas. Se vende bajo el nombre de Pregnyl reservado para uso terapéutico y Ovitrell en culturismo.
No se recomienda su uso en mujeres embarazadas, niños, insuficiencia renal o si tienes algún tumor en el cuerpo.
Interacciones: No existen interacciones documentadas con la toma de HCG pero al estimular la producción de andrógenos es importante consultar la ficha del fármaco.
Fuente bibliográfica:
Anabolizantes esteroides peptidos y otras sustancias