Todo sobre Anisakis ¡Cuidado!

El anisakis es uno de los parásitos que más temor está causando entre la población española en el último año, tanto, que muchos consumidores no descartan en suprimir el pescado de su alimentación por miedo a sufrir problemas que afecten a su salud. La ingesta de este gusano puede producir diversos trastornos a nivel digestivo con cuadros agudos de dolor e inflamación que ponen en riesgo la salud de la persona infectada. En este artículo tienes toda la información que necesitas sobre este parásito: dónde se encuentra, cómo evitarlo y qué hacer en caso de tenerlo alojado en tus vísceras.

¿Qué es realmente el anisakis?

No se trata de una bacteria ni tampoco de un hongo. Es un nemátodo, perteneciente a los helmintos, un tipo de gusano notablemente minúsculo de cuerpo alargado, cilíndrico y sin segmentos o partes que dividan su cuerpo. Su hábitat natural es el agua, puede sobrevivir en aguas dulces y saladas. Es capaz de soportar temperaturas entre los -20 y los 70 grados centígrados. Un gusano adulto de Anisakis tiene una longitud de unos 2 cm y parasita a mamíferos, incluido el hombre.

¿Por qué afecta al ser humano?

El hombre y la mujer son tan sólo huéspedes accidentales, ya que el parásito no tiene predilección por nosotros. Normalmente habita dentro de las vísceras de peces, que se han infestado por haber ingerido las larvas o gusanos adultos en el mar. Estos gusanos permanecen durante días en el intestino, alimentándose y reproduciéndose constantemente. Al tomar pescado crudo o poco cocinado, el parásito consigue hospedarse en las paredes del intestino, ya que resiste la acción de los jugos gástricos. Una vez instalado, puede dañar el epitelio y causar inflamación o reacciones alérgicas severas, dependiendo de la persona. El primer caso aquí en España data sobre el año 1991, aunque en Japón y países del este en 1950.

¿Qué enfermedades produce anisakis?

Las personas infectadas por este parásito pueden presentar dos patologías. Una de ellas es la anisakiasis. En ésta, el gusano degrada progresivamente la pared del intestino, promocionando la inflamación y pequeñas hemorragias internas. Este proceso deriva en dolores abdominales agudos, obstrucción intestinal, ascitis, diarreas e incluso apendicitis. La segunda forma de perjudicarnos es por una histaminosis. Normalmente ocurre cuando el parásito muere en nuestro interior o el pescado contiene fibroínas (proteínas estructurales) pertenecientes a anisakis que liberan una respuesta alérgica desproporcionada y muy severa mediada por inmunoglubulinas IgE. Desde mareos, urticaria, desmayos, shock anafiláctico, pérdida de la consciencia o incluso la muerte si no se acude a un centro médico con rapidez. Esto último es la menos común, ya que el huésped debe presentar una alta susceptibilidad a las proteínas o residuos de anisakis.

¿Cómo actúa una vez dentro?

La etiopatogenia de anisakis se caracteriza por una microdestrucción de las vellosidades del intestino, mediadas por tripsinas y colagenasas que degradan la pared que lo recubre. Puede asentarse también en el estómago. El epitelio intestinal puede verse aumentado en grosor incluso 3 veces más de lo normal, a causa de la inflamación. Estas microroturas facilitan la pérdida de nutrientes, el sangrado y la entrada de diversos patógenos al torrente sanguíneo. Se cree también, que tiene la capacidad de anular a la protrombina, una proteína encargada de estimular los factores de coagulación en el organismo, por lo que empeora la cicatrización de tejidos blandos e incentiva la aparición de úlceras sangrantes con recidiva.

El daño estructural favorece la llegada de macrófagos y eosinófilos que tratarán de evitar la entrada de diversos microorganismos, estas células son las responsables de la inflamación excesiva que se produce con el paso de los días. Los síntomas pueden presentarse incluso semanas después de haber consumido anisakis en la comida. Los eosinófilos son leucocitos que se liberan en respuesta a alergias o parasitosis. Tienen receptores para las IgE, que son las que el médico detectará en sangre para determinar el grado de la alergia. Su función es evitar una liberación desmesurada de histamina y conseguir que las inmunoglobulinas destruyan las larvas. Además estimula la remodelación y el crecimiento tisular, protegiendo al huésped. Se suelen liberar para eliminar antígenos que no se pueden fagocitar (comer), como es el caso de las larvas y gusanos del anisakis. Son los culpables de las infecciones granulomatosas que se generan en algunas personas, cuya misión es aislar a los parásitos para que no lleguen a órganos vitales. Es común en este proceso sufrir diarreas.

Sugiero echar un vistazo a esta revisión clínica sobre un caso agudo de obstrucción intestinal.

anisakis
Imagen extraída de Wikipedia

¿Qué pescados contienen anisakis?

Los boquerones en vinagre poseen un alto riesgo de contener anisakis. Estos nemátodos son capaces de aguantar en vinagre más de 60 días. Las caballas grandes, los jureles, la merluza, la palometa, el gallo y el rape también son bastante susceptibles. El salmón, el bacalao, las sardinas, los arenques y el abadejo se suman a la lista. Generalmente casi todos los pescados azules suelen contener anisakis. Evitar comer y comprar pescados de origen oriental, ya que allí vienen con cargas grandes de este gusano. En Japón, por ejemplo, como se come mucho sushi y sushimi, el riesgo es muy alto.

¿Cómo se mata?

Las mejores opciones son las siguientes:

  • Cocinarlo a más de 70 grados centígrados durante unos minutos, por ejemplo, freír el pescado. Se aconseja que el pescado haya estado previamente congelado.
  • Congelarlo a -20 grados 3 días o más.
  • Someter al pescado a un proceso de ultracongelación durante 15 minutos, esto lo hacen en las pescaderías de algunos hipermercados.
  • Pescados en salazón que se han mantenido en conserva por más de 5 semanas.

Es importante cerciorarnos de que el pescado fresco que compremos haya sido sometido a un proceso de congelación previo al menos durante 24 horas a -20 grados centígrados. Especialmente los que hemos citado arriba. Los pescados enlatados están libres de contener anisakis, ya que se limpian y despiezan cuidadosamente en las lonjas y fábricas antes de enlatarse.

¿Cómo puedo saber si estoy infectado o infectada por anisakis?

Es importante conocer que una vez ingeridas las larvas y los gusanos, los síntomas pueden aparecer a los 15 días. Si notamos molestias gastrointestinales, dolor abdominal de gran intensidad, diárreas descontroladas que cursan con anemia y problemas para digerir los alimentos es probable que haya una sospecha de infección por anisakis. Lo más recomendable es acudir a urgencias a que hagan un análisis de sangre y valoren mediante una ecografía si existe una inflamación del hipogastrio, que es la zona donde se albergan gran parte de las vísceras.

¿Si lo tengo cómo se cura?

Dependiendo de la persona y el cuadro de gravedad que presente, lo más común es extraer las larvas mediante una endoscopia lo antes posible. Si se complica, las larvas pueden llegar hasta el apéndice y activar una inflamación. Se utilizan también antihelmínticos y corticoides para eliminar las larvas rebeldes. En casos graves la cirugía es el remedio más eficaz.

En casos de alergias por las proteínas y péptidos que han desprendido los gusanos de anisakis muertos se recetan antihistamínicos. No olvidéis que aunque el pescado no presente riesgo de intoxicación, es probable que la persona, si es alérgica al parásito, presente síntomas como urticaria, piel atópica, insomnio, jaquecas y estreñimiento.

Tratamiento natural pre y postinfección

Como añadido he querido dejaros una pequeña guía para lidiar con este bichito tan problemático, de esta manera preservaremos todo lo posible el epitelio intestinal y reforzaremos nuestras defensas para facilitar la eliminación. Sería interesante mantenerla unas semanas después de que los síntomas se hayan remitido. Naturalmente esto no sustituye las pautas de vuestro médico.

  • Durante la infección suministrar 2000 mg de glutamina. Aminoácido vital para los enterocitos.
  • Ácido alfalipoico y N-acetilcisteína para apoyar la eliminación por parte del hígado de los residuos que se liberan a la sangre, tanto por la degradación de proteínas como de las diferentes macromoléculas que pueden penetrar en el intestino. En fase aguda de infección se vuelve muy permeable.
  • Extracto de equinácea, al menos 800 mg diarios para fortalecer el sistema inmunitario. Se puede acompañar con uña de gato.
  • Añadir extracto de jengibre, orégano y romero en las comidas. Sus propiedades antiparasitarias ofrecen un escudo muy interesante contra las larvas de anisakis. Como materia de prevención van genial.
  • Apostar por comidas blandas, de fácil digestión y sin pasarnos con la fibra, ya que tendrán más contacto con el epitelio intestinal y si hay inflamación será muy dolorosa.
  • Extracto de cúrcuma y Omega 3 para inducir efecto antiinflamatorio a nivel celular.
  • Si estamos tomando antihelmínticos y corticoides, sería provechoso durante la semana que estemos medicándonos, acompañar con probióticos de alta calidad y cardo mariano, ya que sobrecargan mucho al hígado.
  • Jugos de zanahoria, ricos en Falkarinol acompañados de aceite de orégano rico en carvacrol. Dos sustancias que se comportan como un crucifijo para los vampiros. Ayudarán a desprender las larvas de la pared del colon. Tomarlo por una semana.

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Espero que sirva de ayuda, recordad que si las larvas están enquistadas y los síntomas son graves la única cura inmediata y efectiva es la extracción mediante endoscopia o cirugía.

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