Las vitaminas pueden frenar el deterioro cognitivo a largo plazo

El consumo regular de vitaminas y minerales en personas sanas no parece representar un camino preventivo 100% fiable a largo plazo contra las enfermedades neurodegenerativas, especialmente la demencia senil y el alzhéimer. Sin embargo, a largo plazo, un aporte extra de vitaminas y minerales con alta función antioxidante logró resultados satisfactorios en personas de edad avanzada que pueden suponer una vía de investigación contra el deterioro cognitivo.

El deterioro cognitivo es inevitable

Sabemos que el envejecimiento, tanto en personas sanas como enfermas, implica una acentuación de gran cantidad de procesos oxidativos en el organismo. A estas alturas recuerdo la pregunta de un profesor de Química en la universidad que decía: ¿qué es lo que ha matado más personas en el mundo? El oxígeno claro. No llegas a encontrar el verdadero significado hasta que comienzas a reflexionar en la gran cantidad de situaciones adversas que se generan a raíz de un proceso oxidativo, como el mismo aceite de oliva virgen expuesto al aire o a una temperatura elevada.

De una forma o de otra, nos veremos afectados por múltiples mecanismos endógenos y exógenos estimulantes del deterioro cognitivo. Habrá personas que tengan la desgracia de sintetizar alguna patología como la pérdida de memoria, la demencia senil, el parkinson o la crisis de Huntington, esta última más relacionada con la carga genética heredada.

¿Cómo evitarlo? Difícil asunto. Ni siquiera un consumo regular y supletorio de vitaminas, minerales y antioxidantes nos asegura la reversión del problema. Tal vez sí que lo retrase, sin embargo, no podemos hablar de datos fidedignos que sirvan de apoyo científico para afirmar que un complejo de vitaminas del grupo B o un complemento alimenticio rico en oligoelementos sea un arma eficaz contra el envejecimiento cognitivo. Además que algunos estudios importantes así lo demuestran.

Los antioxidantes podrían frenar el deterioro cognitivo a largo plazo

Hace varios días, se publicó una revisión muy interesante que recogió más de 28 estudios de la base de datos de Cochrane. Analizaron a más de 80 mil personas de edad media y avanzada, aparentemente sanas, que tomaron suplementos ricos en vitaminas y minerales, tanto en combinación, como de forma aislada. La finalidad de estos estudios era comprobar si el consumo regular de vitaminas y minerales en forma de suplementos, era capaz de revertir en personas sanas los procesos de deterioro cognitivo. Se tuvieron en cuenta hay que decirlo, individuos de entre 40 y 60 años, totalmente escogidos al azar.

No se especifica que grupos de vitaminas y minerales fueron utilizados, según el estudio, se probaron la combinación de vitamina E con selenio (que ya hablamos sobre sus efectos en el cáncer de próstata), la ingesta de complejos de vitaminas del grupo B en combinación con vitamina C y antioxidantes (betacarotenos).

La idea clave que extraemos de esta curiosa revisión, es que no hay resultados concluyentes, según la investigación, que nos hagan creer fielmente en que las vitaminas y minerales tomadas como suplemento en personas sanas de edades comprendidas entre los 40 y 60 años sean un factor determinante en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia senil. Sólo se abre la puerta, con una visión optimista, a las terapias de largo plazo con antioxidantes, más de 10 años al menos, que si parecen ser un arma preventiva.

Mejor con suplementos

Los datos son irrebatibles, sin embargo, si ahondamos en las bases del estudio, hay que considerar dos puntos que me parecen muy relevantes:

  1. A largo plazo sí que pueden tener un efecto significativo.
  2. El tipo de antioxidantes a consumir, puede suponer la diferencia entre un efecto preventivo o nulo.

Está claro, que siempre va a ser mejor tomar suplementos, aunque estemos sanos, que no tomarlos. Sirva como analogía el cinturón de seguridad de los automóviles. Puede que en un viaje de 3 kilometros no te haga falta, pero sabes perfectamente que en esos 3 kilometros puede pasar cualquier cosa. En el caso de un viaje de 800 kilometros, inconscientemente te abrochas el cinturón nada más subirte al vehículo.

Considerando esto y que el tipo de vitaminas y minerales también es importante a la hora de buscar un efecto preventivo para el deterioro cognitivo, lo mejor sería, tampoco a diario, pero si ocasionalmente, incluir un complejo rico en vitaminas y minerales. A diario como no, aportar antioxidantes de primera calidad.

En el estudio, por ejemplo, se probaron los betacarotenos en una parte de las muestras, que es un precursor de vitamina A en el organismo. Si recurrimos a las bases de bioquímica humana, hay que recordar que los betacarotenos en exceso no se absorben a nivel intestinal, ya que se sintetizan en este órgano cuando el cuerpo los necesita, anulando o inactivando el proceso en caso de sobredosis. Algo diferente sería suministrar vitamina A preformada, o retinol, de origen animal, que si se absorbe. Este nutriente tiene un efecto antioxidante más poderoso.

Se desconoce además, si fue sólo ese antioxidante el utilizado o probaron con otros de origen vegetal como las zeaxantinas, el resveratrol, el hidroxitirosol, la curcumina o el ácido ferúlico. Si hablamos de antioxidantes de calidad, no cabe duda de que los polifenoles tendrían que subirse primero al escenario.

En resumen, hay que tener claro sí o sí que un aporte de antioxidantes todos los días será nuestra mejor baza contra el deterioro cognitivo. Como dijo Aristóteles, la virtud reside en el hábito. Seguiremos arrojando luz al tema en futuros posts.

¡A seguid sanos, no lo olvidéis!

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