Un nuevo día y nos enteramos de un nuevo alimento que es saludable, pero esta vez se trata de algo que la mayoría de nosotros come de manera regular. Hablamos, ni más ni menos, del humilde hongo. De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad Estatal de Pennsylvania, los hongos comestibles contienen niveles inusualmente altos de dos importantes antioxidantes, la ergotioneina y el glutatión.
Los científicos aseguran que dichos compuestos pueden ayudar a proteger el cuerpo contra las dolencias típicas de la vejez como el cáncer, las enfermedades coronarias e incluso la enfermedad de Alzheimer.
Ventajas de consumir hongos comestibles
Desafortunadamente, no consumimos con suficiente frecuencia las variedades que contienen más de estos antioxidantes. Los hongos shitake o los champiñones cortados en rodajas que consumimos en un estofado de pollo o en las parrilladas de los domingos, son excelentes fuentes de antioxidantes, pero no se acercan ni de lejos a la cantidad que podemos encontrar en las variantes que crecen en la naturaleza (Boletus Edulis, también conocido como seta de calabaza).
Los investigadores sugieren que esta es la razón por la que los países mediterráneos como Italia y Francia, que consumen generosas cantidades de ergotioneina en sus dietas, tienen niveles más bajos de enfermedades neurodegenerativas.
A diferencias de otros llamados “súper alimentos”, los hongos son fáciles de cocinar y consumir. Eso sí, no los encontrarás frescos fuera de temporada, pero los hongos deshidratados se pueden conseguir con facilidad en los supermercados y puedes confiar en que son ricos en antioxidantes, dado que la ergotioneina y el glutatión son bastante resistentes al calor.
Sólo tienes que asegurarte de remojarlos en agua tibia por 10 minutos antes de usarlos (y no descartes el líquido: te puede servir para realizar deliciosos caldos).
El rico y delicioso sabor salado del hongo, los hace una opción ideal para un risotto, pero también le dan un toque de sabor a cualquier carne cocinada a fuego lento y enriquece cualquier plato basado en vegetales.
Pero los hongos comestibles no solamente te brindan fabulosos antioxidantes, también poseen otros beneficios que te enumeramos a continuación:
- Son una fuente de Vitamina D
Sí, ¡Vitamina D! Los hongos comestibles pueden jactarse de ser la única fruta o vegetal que son fuente de esta vitamina esencial. Al igual que los seres humanos, los hongos producen vitamina D al estar expuestos al sol. La exposición a altos niveles de luz ultravioleta justo antes de ser procesados para su consumo, hace que el ergosterol, (un precursor biológico de la vitamina D), se convierta en la llamada vitamina solar.
En muchos supermercados ya se pueden conseguir hongos Portobello fortificados con vitamina D, los cuales contienen una cuarta parte de la dosis diaria recomendada de esta vitamina. Muchos productores ya están haciendo que este procedimiento de fortificación sea estándar y es cuestión de tiempo antes de que lo veamos llegar a nuestras tierras.
- Fortifican tu sistema inmunológico
Un estudio realizado en ratones y publicado por la Sociedad para la Nutrición Americana, descubrió que los champiñones pueden promover la función inmunológica, al incrementar la producción de anticuerpos y otras proteínas que son liberadas por nuestras células cuando están tratando de proteger y reparar los tejidos de nuestro cuerpo.
Un estudio posterior demostró que esta variedad de hongos comestibles ayudan al desarrollo del sistema inmunológico y por ende, a tener mejores defensas ante los ataques de microorganismos.
- Su contenido de antioxidantes es más alto
Cuando se trata de antioxidantes, se suele pensar que los vegetales coloridos tienen una mayor concentración de estos en comparación con los hongos de colores pálidos y neutrales. Pero como mencionábamos al principio del artículo, la capacidad de absorber radicales libres de los hongos portobello y crimini es casi la misma que la del pimiento rojo (famoso por su altísima concentración de antioxidantes).
- Disparan tu metabolismo
Las vitaminas del grupo B son esenciales para convertir los alimentos que consumimos (carbohidratos) en combustible (glucosa), que es lo que nuestro cuerpo quema para producir energía. También ayudan al cuerpo a metabolizar las grasas y la proteína.
Los hongos contienen montones de vitamina B2 (riboflavina) y vitamina B3 (niacina): 100 gramos de crimini contienen hasta 44% y 30% de la dosis diaria recomendada, respectivamente, mientras que los champiñones tienen 36% y 30%. Otro hongo comestible popular, el champiñón ostra tiene hasta 32% y 39% de estas vitaminas fundamentales.
- Son buenos para tu vejiga
Varias investigaciones afirman que los altos niveles de selenio están relacionados directamente con un menor riesgo de padecer cáncer de vejiga. El selenio tiene un efecto protector significativo, especialmente en las mujeres, los investigadores creen que esto es resultado de diferencias especificas entre los géneros que provocan que nuestros cuerpos acumulen y excreten este mineral de manera distinta.
Por suerte, varios tipos de hongos y setas son ricos en este mineral esencial: 100 gramos de crimini crudo te proveen con el 47% de tus necesidades diarias, mientras que los hongos shiitake hervidos cubren hasta 45% y los champiñones tradicionales tienen 17% de la dosis diaria que debes consumir.
Artículo escrito por nuestra colaboradora Edith Gómez de nutricionsinmas.com