Muchos de vosotr@s ya lo sabréis perfectamente, pero los hospitales son un nido de gérmenes (hongos y parásitos) que hay que tener en consideración, en especial si estamos ingresados dentro de ellos.
Desde hace semanas venimos hablando de los hongos y su relación con el organismo humano, como a través de una alimentación inadecuada podríamos favorecer su desarrollo o incluso con un pobre control de nuestro estrés.
Algunos hongos como el género Aspergillus son bastante oportunistas y no dependen en esencia de unos malos hábitos, sino de que se les presente una oportunidad inigualable para invadir una nueva víctima.
Modus operandi de hongos Aspergillus
Existe una diversidad enorme de hongos, imposible conocerlos a todos, pero por fortuna o desgracia, siempre hay algunos que dan más guerra que otros, facilitando su identificación. Los hongos como Aspergillus suelen encontrarse en restos de hojas muertas, heno, compostaje y estiércol. Poseen una gran capacidad para permanecer en el aire debido a su termoresistencia, lo que les confiere una poderosa habilidad para infectar personas sanas a través de la respiración, hecho que ocurre en los hospitales.
En los hospitales hay decenas de enfermos ingresados por enfermedades terminales y graves en las que esté presente un patrón de inmunosupresión del organismo, a saber: quimioterapia, leucemia, SIDA, trasplantes de órganos… A causa de un bajo nivel defensivo por parte del afectado, muchos parásitos como los hongos aprovechan la ocasión para establecerse y provocar infección. Aspergillus es uno de ellos, culpable entre otras enfermedades de la conocida aspergilosis pulmonar invasiva, que engloba un cuadro infeccioso pulmonar agresivo con altas probabilidades de diseminarse por todo el cuerpo. Las micotoxinas del género Aspergillus están consideradas como las sustancias más cancerígenas conocidas por el hombre.
En un estudio realizado el pasado 2 de junio, se observó la presencia de varios géneros de hongos en el aire de varios hospitales, identificando entre ellos a Penicillium (hongo del que se extrae la penicilina), cladosporium (utilizado con fines industriales) y Aspergillus. Este último, según el test, fue el que estaba en mayor cantidad en el aire.
Afortunadamente la mayoría de los hospitales públicos cuentan con altos protocolos de limpieza y desinfección, que serán la principal barrera que impida la presencia de estos microorganismos. Esto no quita la importancia de aislar a los pacientes inmunodeprimidos del resto de pacientes ingresados y de evitar mantener demasiado contacto con sus familiares.